20 de octubre

Amada Judith,

Siento que no te hayas podido conectar en tu cumpleaños, ni estos días. Parece que entre horarios y trabajo, no coincidimos. Espero, igualmente que hayas tenido un muy feliz cumpleaños. ¿Que te han regalado? Espero me envíes fotos, y a ver si coincidimos y me los enseñas.¿Ha llegado el mío? Quizás no, y se ha retrasado. Avísame, por si tengo que reclamar o pedir la devolución, y mirar otra vía. Lo del dinero me pareció muy superficial, y prefiero mandarte cosas, bueno, algo de tu gusto.

Me alegra que te hayan concedido ese ascenso, en la oficina deberían estar orgullosos de tenerte allí. ¿Qué columna te han dado? Imagino que sigues con los artículos de policías y militares, ¿o te han cambiado?

Me acordé de este finde, cuando te conectaste, y yo estaba en el tren y tú te duchaste mientras te miraba y te contaba mis días, y luego  te pusiste el pijama e hiciste un esfuerzo por no dormir pronto, y yo te enseñé diferentes paisajes del tren y algo de la ciudad, hasta que quedaste rendida. Estabas bellísima. 

Ayer fui de compras, y me llevé varios productos, un nuevo jabón con olor a lima, una esponja exfoliante, un producto nuevo para el afeitado y una toalla con Doraemon y el otro gato. Salí a comer, en vez de tomar algo de supermercado, y comí en un bar muy saturado, no limpio, pero si delicioso, sushi diferente.¡Estaba riquísimo! No fue caro, pero tú no hubieses entrado, y yo deseo ya volver, quizás sea el nuevo sitio al que frecuente.

Tengo que dejarte, hoy soy yo el que está cansado. 

Ya sabes que te adoro.

Descansa tú también.

David